Ojalá que llueva café: PNN Ensenada de Utría

Pensaba que nuestro plan se había estropeado cuando a las 6:30 me despertaron los truenos, hoy íbamos a conocer el Parque Natural Nacional Ensenada de Utría pero amanecimos con una tormenta eléctrica justo encima. Después de desayunar una arepa con huevo y chocolate se calmó un poco y salimos en la lancha. Por el camino vimos un pájaro surfista y a lo lejos un chorro muy fuerte que salía del agua, al poco una ballena se asomó a saludar.

Llegamos al Parque y nos recibe Bismarck y un indio embera que trabaja con ellos para colaborar con las tribus que viven en él. Nos explican las diferentes especies del parque y entre ellas las ballenas, cómo no. Hace poco tuvieron que liberar a una que se quedó atrapada en una red, y el ballenato la mantenía viva porque tomaba impulso y la empujaba desde abajo para sacarla a respirar. La ballena agradecida espero a que se subieran de nuevo a lancha sin moverse para no darles un golpe con la cola. Son tan lindas!

Después de la clase sobre especies nos llevaron a un recorrido por los manglares, esa zona donde el agua dulce de las quebradas se mezcla con la salada cuando sube la marea y los árboles de mangle han adaptado sus raíces a esos cambios. El paseo es por una pasarela de madera que mide casi 1 km y no tiene ni un clavo. Vamos viendo las especies que lo habitan, hasta un pez globo nada entre sus aguas.

La vuelta en la lancha es algo incómoda porque el mar está muy agitado y son casi dos horas. Al llegar nos encontramos nuevos huéspedes, una pareja y el padre del chico, y pasamos una sobremesa de chistes y anécdotas muy divertidas. La cena estuvo deliciosa, y de postre unas cocadas caseras riquísimas pero no puedo con el cansancio así que caigo rendida en la cama.