Este fin de semana tuve la oportunidad de conocer parte de un pequeño pero precioso pais. Panamá tiene tan solo 3 millones de habitantes en su territorio de los cuales la mitad conviven la capital. Esta ciudad, situada en el pacífico a las puertas del famoso canal, es una mezcla de culturas. Su historia se ve reflejada en las calles y barrios. El fuerte crecimiento que ha sufrido inunda el skyline de rascacielos de viviendas y oficinas, pero a un paseo de estos encontramos el barrio antiguo y colonial, conocido como Panamá centro. Al ser nombrado Patrimonio de la Humanidad está en proceso de restauración pero callejeando por sus calles podemos disfrutar de la arquitectura de esa época y observar los puestos de artesanía donde las indias, con sus característicos vestidos de colores, cosen las famosas molas.
La influencia de los americanos, que se instalaron en Panamá tras su independencia de Colombia para la construcción del canal, también se deja ver en los barrios residenciales, ahora habitados por panameños, que tienen las típicas casas unifamiliares de las películas, llenas de espacios abiertos y con jardines. La base militar convertida en Ciudad del Saber, sede de organismos oficiales y centros de investigación, es un claro ejemplo del paso de los gringos por este país.
El canal que une dos océanos que están a diferentes alturas es toda una obra de ingeniería digna de ver. Cuenta con tres esclusas y los barcos tardan en recorrer sus 80km de longitud unas 8h. Podeis ver en las fotos dos barcos en la esclusa de Miraflores, yo me quede alucinada con lo rápido que bajaba el nivel del agua, sobre todo sabiendo que funciona por gravedad y no por acción de bombas de agua.
El año que viene se cumplen 100 años de la inauguración del canal y seguro que los panameños aprovecharán para celebrarlo con una buena rumba. El puente que veis en la foto es el Puente de las Américas, el primero que unió la América del Sur con la del Norte.
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