Ojalá que llueva café: El transporte de Medellín

Acostumbrada a ciudades en las que vas a pie a todos lados se hace difícil estar pendiente de los medios de transporte. Es curioso como poco a poco te vas adaptando a ellos. Aunque me gusta caminar y el clima aquí es agradable para ello, es importante tener en cuenta que hay zonas de la ciudad que no son seguras, sobretodo por la noche. Antes de ir a una zona de la ciudad conviene informarse del ambiente que se respira, es frecuente escuchar que en el centro hay que andar con cuidado, el bolso delante y el celular guardado.

El mayor peligro de caminar para los españoles, de ciudades pequeñas sobretodo, es cruzar la calle. Los semáforos los suelen respetar pero los pasos de cebra es otra historia , no esperes que paren por que no lo harán y si estás cruzando te pintarán para que corras pues ellos no reducen la velocidad. Así que mil ojos a la cruzar!

El METRO es un orgullo para los medellinense al ser el único de Colombia y la verdad es que funciona muy bien, tiene la ventaja de ser elevado por lo que disfrutas de las vistas al contrario de los metros subterráneos. Consta de dos líneas, la A sigue el curso del río Medellín y cubre la ciudad de norte a sur, incluyendo ciudades limítrofes como Envigado o Bello. Desde la céntrica estación de San Antonio se combina con la línea B que se dirige al oeste hasta San Javier.

Estas líneas se complementan con el METROPLUS, un sistema de autobuses que funciona como el metro, y el METROCABLE que es un teleférico. También tiene integrado un sistema de bicicletas públicas ENCICLA, para fomentar el ejercicio físico

El billete sencillo de metro cuesta 1800 pesos (0,72€). La mejor opción es comprar la tarjeta cívica que es recargable y evitas colas, además de ahorrarte 200 pesos puedes usar el metro plus y el metrocable sin que te cobren otro viaje. Con el METROCABLE puedes llegar a Santo Domingo y visitar la Biblioteca España, un regalo de la reina Doña Sofía a la ciudad. Desde esa estación también se puede tomar un teleférico al Parque Arví en Santa Elena, aunque hay que pagar unos 3000 pesos.

Los autobuses urbanos no me he atrevido a subir, no existe una empresa única, sino mil, y paran en cualquier lado. Debe ser una experiencia, no lo dudo pero no me apetece perderme. Cuando llegué pensaba que eran buses turísticos porque están pintados de mil colores y tienen carteles por todos lados. Así que si no llego en Metro pido un taxi, que también hay miles de compañías y no son caros.